Es preceptivo salvar a un compañero de un daño o un obstáculo. Por lo tanto, quien ve personas que dañan la propiedad ajena, tanto voluntaria como involuntariamente, en caso de que los perpetradores del daño no estén dispuestos a hacerse responsables y pagar por este, se debe reportar esto al dueño del patrimonio dañado para que pueda demandar compensaciones. En reglas generales, la prohibición de hablar mal del prójimo viene a evitar sufrimiento innecesario a la persona y no tiene como propósito servir como escudo para delincuentes o perpetradores de daños.
Asimismo, cuando Reubén tiene la intención de hacer un negocio determinado y pregunta a Shim'ón si un fulano es o no de confiar, si Shim'ón sabe que se trata de alguien no confiable deberá informar de ello a Reubén para salvarlo del posible perjuicio. Sin embargo, deberá cuidarse de no exagerar en sus críticas y en caso de que estas no sean por completo seguras deberá enfatizar que se trata de una sospecha. Tampoco habrá de hablar con odio sino para salvar a Reubén de un error o un daño. Reubén, tras escuchar el informe negativo deberá agradecer a Shim'ón que accedió a ayudarlo, pero al mismo tiempo no deberá creer que el informe recibido sea totalmente cierto pues hasta la persona más justa puede equivocarse a la hora de juzgar al prójimo. De igual manera, es posible que en el pasado el fulano en cuestión haya sido un embaucador y en el interín haya retornado en teshuvá por lo que a pesar de que en la práctica no habrá de hacer negocios con él por temor a ser engañado, su actitud básica para con él debe permanecer positiva y respetuosa.
Lo mismo debe ocurrir respecto a figuras públicas que se presentan a las elecciones. Está permitido relatar sobre ellos hechos verídicos que resulten de interés público a condición de que brinden una imagen completa que incluya tanto defectos como virtudes, sin incurrir en exageraciones en cuanto los primeros y sin que medie odio. Todo esto aplica cuando el candidato es una persona común y básicamente buena como la mayoría de la gente pero que carga con algunos defectos por efecto de los cuales resulta conveniente escoger a otro candidato mejor. Pero en el caso de un candidato que eligió encaminarse hacia el mal, por medio de un delito personal, o bien expresando odio a los aspectos sagrados de Israel, está permitido hablar hostilmente de él para alejar del error a las demás personas evitando que lo sigan. No obstante, también en este caso está prohibido mentir o exagerar a la hora de exponer sus aspectos negativos.