El ser humano fue creado a imagen de D's, y por ello debe ser respetado, y está prohibido humillarlo, aunque no perciba o sea consciente de la humillación, tal como fue dicho: "No maldecirás al sordo" (Vaikrá-Levítico 19:14). Esto significa que está también prohibido humillar a quien no sabe ni escucha que se lo está humillando. Asimismo, una persona que contrata obreros debe ser cuidadoso de su honor, y no adjudicarles labores humillantes ni impartirles órdenes de un modo altanero y degradante. Toda persona que ve o escucha que se está humillando a alguien, corresponde que se conmocione y sienta como si él mismo hubiese sido agredido. Dijeron nuestros sabios: "Quien alza una mano amenazante contra su compañero, aunque no lo golpee, es denominado malvado. Quien golpea su mejilla, es como si golpease el rostro de la mismísima Divina Presencia". Por cuidar la dignidad humana es preceptivo enterrar al muerto de inmediato para que su cadáver no sea denigrado. Se debe enterrar dignamente incluso a los soldados del enemigo (Yejezkel-Ezequiel 39:13).