El precepto de "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" recae sobre todo integrante del pueblo de Israel, incluyendo a los conversos. Además, la Torá agregó un precepto particular de amar al converso, tal como fue dicho: "Y amareis al converso" (Devarim-Deuteronomio 10:19). Asimismo, la Torá prohibió hacer sufrir a cualquier miembro del pueblo de Israel, incluidos los conversos, tal como fue dicho: "Y no habréis de hacer sufrir el hombre a su prójimo" (Vaikrá-Levítico 25:17), y además, la Torá agregó un precepto particular para advertir de no maltratar al converso, tal como fue dicho: "Al converso no harás sufrir" (Shemot-Éxodo 22:20). En efecto, corresponde incrementar el amor hacia el converso, que por propia elección renunció a su identidad anterior y se unió a nosotros. De igual manera, es necesario tener mucho cuidado de no hacerlo sufrir porque carece del sentimiento de seguridad que posee aquel que se encuentra en su entorno natural. De no extremar precauciones a la hora de relacionarse con él, se teme que inadvertidamente se lo ofenda causándole un gran dolor, ya que en virtud de su extremada sensibilidad puede sentirse dolido aun cuando nadie haya tenido la intención de ofenderlo, y debido a su delicada situación no tendrá el valor de aclarar la cuestión con su compañero a fin de reconciliarse. Por ello, la Torá ordenó además ser cuidadosos de no generar angustia e indisposición al converso. El gran afecto hacia el converso debe manifestarse en la disposición a ayudarlo Un claro ejemplo de ello es Boaz que, siendo una persona honorable y rica, fue capaz de percibiri las excelentes virtudes de Rut cuando la vio recolectando las espigas que dejaban los segadores en su campo. Al verla, tuvo piedad de ella y, viendo sus virtudes, la desposó, teniendo así el mérito de formar con ella la familia real del pueblo de Israel, siendo el rey David su bisnieto.
En gran medida, estos preceptos aplican también para los nuevos inmigrantes (olim), personas que dejaron sus países de nacimiento e inmigraron a Israel por lo que pasaron a ser personas extrañas y en cierta forma vulnerables, que sin conocer suficientemente el idioma precisan establecerse en una nueva sociedad. Se debe manifestar hacia ellos mucho amor y ser muy cuidadosos de no causarles daño. Estos preceptos recaen también sobre los ba'alei teshuvá, personas que precisan integrarse a una nueva comunidad que posee reglas de conducta aún desconocidas para ellos.