También cuando no hay probabilidad de que la reprimenda sea aceptada por el transgresor, es necesario repudiar hacia sus malas acciones, ya que aunque en el momento la protesta no sea bien recibida puede llegar a tener influencia a largo plazo y cuanto menos, puede influir directa o indirectamente en quienes la presenciaron. Por lo tanto, quien presencia que se extorsiona o humilla a una persona, aunque no haya posibilidad de que sus palabras sean escuchadas - debe protestar ante quienes realizan el acto de injusticia. Sin embargo, no se debe ir más allá del acto de protestar, tal como dijeron nuestros sabios: "Así como es deber del hombre hablar cuando sus palabras pueden ser escuchadas, de igual manera es su deber no hablar cuando sus palabras no tendrán acogida".