El amor por la tierra de Israel El precepto de vivir en la tierra de Israel El pecado de los espías en nuestros días El Estado de Israel La lucha por el país El precepto de asentarse en el país El retorno de los preceptos a su lugar y cuántos judíos hay La situación del pueblo fija la obligatoriedad de los preceptos El año sabático y el jubileo (Shevi'ít y Yovel) Ofrendas y diezmos Los preceptos específicos de la tierra de Israel El sitio del cumplimiento de los preceptos La revelación de la Torá en la tierra de Israel La singularidad de la tierra de Israel Sitio de revelación de la creencia en un D's único
- La fe, el pueblo y la tierra de Israel -

El ejército de defensa de Israel

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El ejército de defensa de Israel

Quien se enrola al ejército de defensa de Israel cumple dos grandes preceptos generales, cada uno de los cuales equivale en importancia a todos los demás mandamientos combinados. El primero, salvar al pueblo de Israel de manos de sus enemigos, y quien salva una sola vida judía se considera que aseguro la existencia un mundo entero, cuánto más quien participa de la salvación de la totalidad del pueblo judío. El segundo, el de asentarse en la tierra, ya que de no mediar un ejército que defienda al país, resulta imposible preservar la soberanía judía. En ambos valores, los soldados del rey David solían darse ánimo el uno al otro previo al combate, tal fue dicho: "Sed valientes y fortalezcámonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro D's" (Shmuel-Samuel II 10:12). En el precepto del servicio militar sobresale el aspecto general consagrado de cada individuo en el pueblo de Israel. Todos los preceptos los cumplimos como personas individuales, pero en el de servir en el ejército, el individuo se eleva al grado del colectivo y reposa sobre él la Divina Presencia. Los soldados cumplen el precepto desde el momento de su enrolamiento y en la etapa de entrenamiento, pues a veces el enemigo es disuadido de atacar por saber que el pueblo de Israel posee un fuerte ejército. Por ello, un soldado que cae durante los entrenamientos, se considera que murió consagrando el Nombre Divino. 

El imperativo de respaldarse en el ejército no es una expresión de debilidad en la fe sino todo lo contrario, es la revelación de la palabra de HaShem a través de la realidad natural en la plenitud de la fuerza del pueblo de Israel, tal como los grandes personajes del pueblo de Israel, Yehoshúa Bin Nun y el rey David lucharon valientemente para afianzar al pueblo de Israel en su tierra. O sea, la situación correcta es que el pueblo de Israel cumpla con el precepto de asentarse en su tierra por medio de las capacidades humanas naturales que HaShem le concedió, y en la medida en que resulte necesario combatir, que derrote a sus enemigos sin que resulte necesaria la mediación de un milagro. De ese modo, la Divinidad se revela también por medio de fuerzas humanas y naturales, y en virtud de ello se irá elevando, y las naciones reconocerán el derecho de los judíos a su tierra, y cada nación recibirá su sitio justo y adecuado. Entonces, se cumplirá la profecía de Yshaiahu: "Y será en el final de los días que el Monte de HaShem se establecerá en la cumbre de las montañas y se elevará desde las colinas y fluirán a éste todas las naciones. Y acudirán muchas naciones y dirán - ascendamos al Monte de HaShem, a la Casa del D's de Ya'akov para que nos enseñe de Sus caminos y andemos por Sus sendas, pues de Sion saldrá la Torá y la palabra de HaShem de Jerusalém. Y juzgará entre las naciones y amonestará a muchos pueblos, y transformarán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces, no alzará una nación la espada sobre otra ni se aprenderá más el arte de la guerra" (Yshaiahu-Isaías 2:2-4).

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