Es preceptivo para todo soldado, desde el momento en que ingresa a la guerra, el fortalecer su fe, confiar en HaShem D's de Israel, y saber que combate para salvar a Israel que es el pueblo de HaShem, debiendo ser valiente y carente de temor ya que HaShem le ayudará a salir victorioso. Todo caído en combate, su alma se engarza en la cadena de la vida ante HaShem junto a la de los grandes justos. A los efectos de infundir ánimo entre los combatientes, se le ordenó a los cohanim y a los leviím que vayan a la guerra junto a los soldados, para traer consigo un Arca Sagrada que contenga un rollo de la Torá. Los cohanim están preceptuados de tocar las trompetas para reforzar la fe, y un cohen especial, el ungido para la guerra (cohen mashuaj miljamá) alentaba a los sodados y les decía: "¡Israel! Vosotros os acercáis hoy a entablar batalla contra vuestros enemigos, no desmaye vuestro corazón, no temáis y no os aturdáis y no os quebrantéis ante ellos. Porque HaShem vuestro D’s es El que va con vosotros, para luchar por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros" (Devarim-Deuteronomio 20:3-4). De igual manera, los policías, que solían pertenecer a la tribu de Leví estaban preceptuados de liberar del ejército a personas con dificultades especiales, y por otra parte, castigar a los desertores y a quienes huían del campo de batalla. En nuestros días, estos roles en el Ejército de Defensa de Israel los cumple el Rabinato Militar, el Comando del Ejército y la Policía Militar.