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A los efectos de que se reestablezca la obligatoriedad bíblica de cumplir con la separación de ofrendas y diezmos es necesario que la mayoría del pueblo de Israel habite en su tierra, y para que otro tanto ocurra con los preceptos del año sabático y el jubileo es necesario que la tierra se reparta como corresponde entre las diferentes tribus de Israel. La pregunta que surge es, ¿a quién es necesario contar como judío para poder calcular si la mayoría de la nación habita en el país o no? Hay quienes entienden que actualmente en el mundo unos quince millones de personas se identifican como judías. Sin embargo, parecería que el pueblo de Israel incluye también a personas cuyos padres se asimilaron en las últimas generaciones a consecuencia de las persecuciones, las revoluciones y el Holocausto, y por medio de diferentes documentos y averiguaciones es posible demostrar que son descendientes de madre judía. Con ellos, se puede calcular que el pueblo de Israel cuenta con unos veinte a treinta millones de miembros. Quizás, sea necesario también tomar en cuenta a los descendientes de los judíos que se asimilaron hace ya siglos a consecuencia de la presión ejercida por los espantosos sufrimientos del exilio, ya que según la halajá, judío es todo aquel cuya madre lo es, y aunque hayan pasado ya cien generaciones, el estatus de judío se mantiene. Dijeron nuestros sabios, sobre la base de las profecías bíblicas que hablan de la redención, que en el futuro vendrá el profeta Eliahu y los devolverá a la roca de la cual fueron excavados (a su origen judío). Este grupo incluye por lo menos unos cien millones de personas e incluso quizás más aún, ya que, a lo largo del largo exilio, en todas las guerras, opresiones, y terribles decretos de conversión forzada millones de judíos fueron alejados a la fuerza del seno de la nación, y dado que según la halajá las hijas siempre permanecieron siendo judías, es de suponer que los cripto judíos se multiplicaron en la misma medida que lo hicieron las naciones en cuyo seno se ocultaban. Hay quienes calculan que al menos un diez por ciento de la población de Europa occidental, incluidos los emigrantes a América del Norte y del Sur son descendientes de cripto judíos. Asimismo, hay otros descendientes de judíos en los países árabes, en el Norte de África y en Europa del Este. A los efectos de definir esta cuestión es necesario que se erija un Gran Tribunal del cual formen parte los sabios de Israel en las áreas de la Torá y las ciencias sociales, para que junto a los representantes del público decidan el número de judíos existente y la división del país por tribus.
