El precepto de asentarse en el país (yshuv haaretz) recae en principio sobre todos los límites de la tierra de Israel que HaShem prometió a Abraham Avinu, tal como fue dicho: "En aquel día concertó HaShem con Abram un pacto diciendo: A tu descendencia he dado esta tierra — desde el río de Egipto hasta el río Grande, el río Éufrates" (Bereshit-Génesis 15:18, Shemot-Éxodo 23:31, Devarim-Deuteronomio 1:7-8). Sin embargo, en la práctica, el precepto de asentarse en el país debe cumplirse gradualmente según las capacidades del pueblo de Israel, por lo que la directiva Divina fue que conquisten primero la margen occidental del Jordán que es donde están los territorios más sagrados y solamente después que se expandan paulatinamente a la margen oriental y a todos los demás territorios patrios. En el caso de los reyes Og y Sijón, sus territorios fueron conquistados a pesar de encontrarse en la margen oriental, ya que no aceptaron la propuesta de paz de Israel y salieron a la guerra contra este. También en la margen occidental existe un orden gradual, Yehudá y Shomrón (Judea y Samaria) son los territorios más sagrados ya que por allí anduvieron nuestros patriarcas, allí se les revelaron las profecías y allí fueron erigidos el Tabernáculo de Shiló y posteriormente el Templo de Jerusalém.