Nuestros sabios dijeron que quien da el diezmo será meritorio de riqueza, tal como fue dicho: "diezmar diezmarás" (Devarim-Deuteronomio 14:22) – "diezma para que te enriquezcas". Si bien está prohibido cumplir un precepto y poner por su medio a D´s a prueba para ver si nos ayuda por su intermedio, en esta cuestión está permitido hacerlo, tal como fue dicho: "Traed todos los diezmos […] y probadme ahora en esto, dice HaShem de los Ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición sin fin" (Malají-Malaquías 3:10). Esto no significa que quien dona el diezmo, de modo milagroso se transforma en una persona rica, sino que por el mérito del cumplimiento de este precepto HaShem envíe bendición a cuanto haga, que por el mérito del diezmo pueda ser una persona laboriosa y talentosa en su quehacer y administrar inteligentemente sus negocios. Sin embargo, si la persona se conduce con holgazanería y negligencia no será rica. Corresponde puntualizar que hay rabinos que tienden a ser flexibles en las reglas del diezmo del dinero y eximen a la mayoría de las personas de su cumplimiento, ya sea porque están apremiados económicamente o porque toman en cuenta el dinero que ellos pagan por las colegiaturas de sus hijos como parte del diezmo. No obstante, la idea principal es tal como ya la escribí, y además, la experiencia nos indica que quienes proceden de este modo logran alcanzar bendición y prosperidad.
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En el idioma hebreo existe una cercanía o relativo parecido entre los vocablos ta'aser תעשר (diezmarás) y tit'asher תתעשר (te enriquecerás) (n. de t.).