Con el objetivo de ayudar a las personas necesitadas que no pudieron pagar sus deudas, a liberarse del yugo de estas que pueden hacerlos colapsar, la Torá estableció que cada siete años, al culminar el año sabático, todas las deudas queden sin efecto o sean expropiadas. A finales de los días del Segundo Templo, cuando se agudizaron las desgracias y abundaron las personas pobres que no podían pagar sus deudas a tiempo, los ricos evitaban prestar para no perder su dinero al llegar el año sabático. Por lo tanto, se estableció que quienes desearan que su deuda no quedara sin efecto prestaran a través del tribunal rabínico por medio de un documento llamado pruzbul y de ese modo su deuda no perdería vigencia durante el año sabático. Corresponde que los sabios y líderes del pueblo de Israel analicen en la actualidad cómo sería adecuado aplicar la idea de la "condonación de deudas".