En el marco de un heter iska se permite prestar con un porcentaje de ganancia por cuanto que no se trata de un préstamo sino de una inversión. La ganancia es llamada "interés" en un lenguaje figurado, pero no se trata de interés sino de ganancia. El negocio consiste en que una parte da el dinero y la otra el trabajo a los efectos de incrementar las ganancias y repartirlas entre las partes. Por ejemplo, una parte tiene dinero y la otra una fábrica. El dueño del dinero lo invierte en la fábrica para que su dueño adquiera más maquinaria. De ese modo las ganancias de la fábrica se incrementan y entonces las ganancias se reparten entre las partes. Para no complicarse desde el punto de vista contable, se fija de antemano el porcentaje del inversor en las ganancias futuras y el resto de estas lo recibe el socio que trabaja. De igual manera, un joven que es capaz de estudiar una profesión de alta demanda y no consigue financiar sus estudios - puede dirigirse a un prestamista que invierta dinero en sus estudios en el marco de heter iska y cuando los culmine, comience a trabajar y a ganar un sueldo, le devuelva la inversión con un margen de ganancia. De todas maneras, es necesario tener cuidado de que el mecanismo de heter iska no nos haga olvidar el importante precepto de dar un préstamo sin interés a una persona necesitada.