Al igual que con las ofrendas y los diezmos que la Torá ordenó separar de la cosecha, los cuales están destinados a mantener a los cohanim y a los leviim que se dedicaban a la enseñanza de la Torá y de los preceptos así como al dictamen de halajá en el pueblo de Israel, de igual forma el elevado destino del diezmo del dinero es para yeshivot que preparan a la nueva generación de rabinos y educadores que habrán de enseñar y guiar al pueblo en el camino de la Torá y los preceptos, la moral y la diligencia, el trabajo y la ciencia, los valores de la familia y la labor social voluntaria.
Sin embargo, cuando hay numerosas personas pobres privadas de sus necesidades básicas tales como pan o vestimenta, debe destinarse la mayor parte del diezmo a sus menesteres. Puede decirse que, en una situación adecuada, el diezmo sirve como 'medicina preventiva y fortificadora', ya que por medio del estudio de la Torá y bajo su guía los valores del trabajo y la ciencia serán comunes a todos, las personas trabajarán con diligencia y profesionalidad, las familias planificarán su economía correctamente, la bendición abundará y no habrá una profusión de personas necesitadas. Sin embargo, cuando la medicina preventiva no tiene éxito, esto es, cuando quienes estudian Torá no educan al público a que trabaje y desarrolle la sociedad, la ciencia y la economía, la mayor parte del diezmo debe destinarse a las personas 'enfermas', esto es, a los pobres y demás personas necesitadas.
En el orden de prioridad en los donativos a las yeshivot, quien dona debe preferir a aquellas cercanas a su enfoque ideológico, y de ese modo será socio en la formación de un mundo de la Torá acorde a su camino y a sus valores. En caso de necesidad, se puede donar el diezmo para otras necesidades preceptivas, tales como la construcción de una sinagoga.
Está prohibido usar el dinero del diezmo para pagar por preceptos que la persona debe cumplir. Por lo tanto, no se compran tefilín (filacterias) o mezuzot ni se paga la membresía de la sinagoga con el dinero del diezmo. Tampoco se paga con este la colegiatura o matrícula escolar de los niños por cuanto que se trata de un precepto que recae sobre los padres.