Cuando una persona precisa ayudar a varios necesitados y no es capaz de colaborar con todos debe proceder según tres principios, como fue dicho: "Cuando hubiere en ti menesteroso, de uno de tus hermanos, en una de tus ciudades, en tu tierra, la que HaShem tu D's te concede a ti, no habrás de endurecer tu corazón ni habrás de cerrar tu mano, a tu hermano, el menesteroso" (Devarim-Deuteronomio 15:7). El primer principio es 'menesteroso'. Cuando una de las personas pobres pasa hambre, se considera más menesteroso por lo que antecede en prioridad a otra persona pobre que carece de ropa o muebles. El segundo principio es 'uno de tus hermanos'. La responsabilidad por un pariente antecede en prioridad a la responsabilidad por otro, y cuanto más cercano es el familiar más prioritario resulta. Por ello, los padres anteceden a los hijos grandes, hijos anteceden a hermanos, hermanos a tíos y estos anteceden a amigos y parientes más lejanos. El tercer principio: 'en una de tus ciudades'. Los pobres de tu ciudad preceden a los de otra, o sea, tus vecinos cercanos anteceden a los pobres del barrio, y los de tu barrio a los de la ciudad y los pobres de la ciudad a los de otra. En caso de que haya una contradicción entre los principios el primero tiene preeminencia sobre el segundo y este sobre el tercero.
Los encargados de la tzedaká (gabaei tzedaká) de un barrio o una ciudad deben ocuparse de la totalidad de los pobres que se encuentran bajo su responsabilidad según el primer principio, el cual indica que se debe socorrer en primer término a quienes más sufren. Cuando gentiles habitan en contigüidad a judíos, mientras que se comporten correctamente, es preceptivo ayudar a sus pobres juntamente con los judíos.