Una costumbre difundida y aceptada en el pueblo de Israel es que cada congregación erija un fondo de ayuda social (gmilut jasadím o por sus iniciales guemaj) para dar préstamos a los necesitados de la comunidad. Es obligatorio tener el cuidado de que las personas encargadas del fondo sean sabias y de confianza, sepan revisar a cada prestatario para saber si realmente necesita el dinero, si está en condiciones de devolverlo y sepan enfrentarse a prestatarios a los que se le dificulta pagar sus deudas, sabiendo cuándo es procedente esforzarse por cobrar lo adeudado por ellos y cuándo es mejor ceder.