Además de las ofrendas y el primer diezmo que se separaban de la primera cosecha tanto para los cohanim como para los leviim, que servían como servidores públicos, durante dos de los siete años del ciclo sabático (el tercero y el sexto) se separaba una décima parte de la cosecha destinada a los pobres. Era llamado el diezmo para el pobre o ma'aser aní. O sea, los pobres recibían la ayuda básica para su manutención de los obsequios de los campos y del suplemento de la tzedaká si era este necesario, mientras que el diezmo para los pobres tenía por objetivo brindarles buenos años en los cuales pudiesen disfrutar de una relativa holgura económica. Quizás, la intención fuera que saborear una buena situación económica los estimulase, tanto a ellos como a sus hijos, de estar a su alcance, a ser más diligentes y eficientes en su trabajo en los años restantes para así salir del círculo de la pobreza y gozar de bienestar e independencia. Sin embargo, si todos los años recibían una asistencia mediana podían contentarse con ella amén que esta les genere más alegría y sin que despertara en ellos la voluntad de cambiar su situación durante los años de insuficiencia.