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A los efectos de que el significado de Sheminí Atzeret se manifieste de modo completo, nuestros sabios establecieron que en este día finalicemos la lectura anual de la Torá, esto es, que el orden de la lectura de las porciones semanales de la Torá culmine en Sheminí Atzeret. O sea, juntamente con la finalización del ciclo anual de festividades terminamos también la lectura de la Torá, y así como HaShem estableció este día como uno de regocijo en el pueblo de Israel, por su parte, este último fijó alegrarse en este día con la Torá que HaShem nos entregó. Y así corresponde que sea, ya que no hay pueblo de Israel sin Torá ni hay Torá sin pueblo de Israel, y solamente por medio de su unión la palabra de HaShem se manifiesta en el mundo para elevarlo y corregirlo. Por ello, en este día, la alegría se eleva y encumbra de sobremanera.
Se acostumbra a realizar siete vueltas o hakafot alrededor de la tarima central de la sinagoga en honor a Simjat Torá (lit. la alegría de la Torá). Estas vueltas aluden a la luz Divina envolvente o circundante (or makif), esto es, una luz elevada que se encuentra por sobre nosotros y nos otorga inspiración, pero en virtud de su elevación y sutileza no logramos incorporarla de manera definida al interior de nuestra mente. Todo lo que aprendimos y absorbimos durante el año entra en la categoría de luz interior (or pnimí) que logra ser absorbida de manera definida en el interior de nuestra mente, y al culminar los ciclos de lectura de la Torá y de las festividades, logramos internalizar algo de la luz envolvente que surge de la Torá toda. Muchos acostumbran a realizar un Kidush durante las hakafot y se abunda en la ingestión de vino, pero sin embriagarse.
En este día se reza por la lluvia y se comienza a mencionarla en la plegaria, y dado que la Torá fue comparada con el agua, corresponde que durante el pedido por lluvia solicitemos también a HaShem que tengamos el mérito de incrementar nuestro estudio de la Torá.
