En la primera noche de Sucot, en la cual se establece el fundamento de toda la festividad, resulta obligatorio ingerir las comidas fijas o importantes en la Sucá. Durante el resto de la festividad, cuando se desea ingerir una comida fija que se suele comer en la casa, debe ser ingerida en la Sucá, pero una comida ocasional que unas veces se suele comer en la casa y otras afuera puede ser ingerida fuera de la Sucá. Quienes cumplen el precepto con excelencia procuran comer también comidas ocasionales dentro de la Sucá.
Previo al cumplimiento del precepto de habitar la Sucá se recita la siguiente bendición 'Bendito eres Tú HaShem, nuestro D's, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus preceptos y nos ordenó habitar en la sucá' (leyshev baSucá). Hay quienes suelen recitar esta bendición cada vez que ingresan a la Sucá para permanecer en ella, ya que la estancia en la Sucá es también preceptiva. Esta es en efecto la usanza de los judíos yemenitas. Sin embargo, la mayoría de los judíos acostumbran a recitar la bendición junto con la de la ingestión de alimentos, pues la comida es el elemento principal del precepto de habitar la Sucá. Según la usanza de los judíos sefaradíes se recita la bendición, solamente previo a la ingestión de una comida fija que debe ser llevada a cabo en la Sucá. Según la usanza de los judíos ashkenazíes se acostumbra también a recitar la bendición de habitar la Sucá previo a la ingestión de una comida no fija o importante. Mientras la persona permanezca en la Sucá, la bendición recitada inicialmente sigue vigente, y aunque ingiera otra comida más, no deberá bendecir nuevamente 'leyshev baSucá'. Incluso si se ausentó brevemente por haber ido al baño, haber salido a traer algo o a conversar un poco con un amigo, al regresar a la Sucá no precisa volver a bendecir.