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El Yom Tov de Sheminí Atzeret, por una parte, es considerado como continuación de Sucot, motivo por el cual recibe el nombre de Sheminí (octavo), y por la otra, en varias cuestiones se lo considera una festividad separada. El principal de los aspectos que lo diferencian de Sucot es la prohibición de habitar la Sucá en ese día y no se pueden tomar las cuatro especies. Por ello, en el Kidush de la noche de Sheminí Atzeret se recita la bendición de 'shehejeianu' en honor a la nueva festividad.
El vocablo 'Atzeret' proviene de la palabra 'atzará' ( 'עצרה'convocatoria o reunión) ya que en ese día nos reunimos a modo de resumen y despedida del ciclo anual de festividades. El ciclo inicia con la celebración de Pesaj, festividad en la cual salimos de Egipto, continúa con Shavu'ot que es cuando recibimos la Torá, sobre el final de este llegan los Días Solemnes, días de retorno, y culmina con la festividad de Sucot en la cual recogemos los frutos materiales y espirituales del año y nos regocijamos en ello y en virtud de ello se expanden la alegría y la bendición al mundo entero. En el día de Sheminí Atzeret, sobre el final de la completitud del ciclo, volvemos a congregarnos para una reunión de despedida. Desde este punto de vista, corresponde alegrarse aún más en Sheminí Atzeret ya que con este Yom Tov se completa el orden de elevación de las festividades y en él alcanzamos el máximo grado de apego a HaShem. La alegría de este día no depende de un precepto determinado como la ingestión de Matzá, habitar la Sucá o sostener las cuatro especies sino del mero hecho que somos hijos de HaShem y Su pueblo. En la convocatoria festiva de despedida HaShem nos dio la posibilidad de atesorar y guardar eternamente en nuestra alma toda la luz y todo el bien que logramos captar durante el año que pasó.
Dijeron nuestros sabios: Los setenta bueyes que se ofrendan en Sucot se corresponden con setenta naciones, mientras que un solo buey que ofrendamos en Sheminí Atzeret alude a una nación única, el pueblo de Israel. Esto se asemeja a un rey que invitó huéspedes, y todo su séquito (los hijos de Israel) procuraron agasajarlos. Luego, el rey les dijo a sus sirvientes, hasta ahora yo y ustedes procuramos agasajar a los invitados, a partir de ahora ustedes y yo nos alegraremos juntos por un día.
