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Havdalá

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Havdalá

Así como es preceptivo recordar el Shabat en su inicio a través del Kidush, de igual manera debe recordarse su santidad al concluir mediante la Havdalá con una copa de vino, en la cual se expresa verbalmente la diferencia entre el carácter del sábado y de los días de la semana. A los efectos de que no nos olvidemos de hacer la Havdalá, nuestros sabios establecieron que no se realicen labores y no se coma ni se beba antes de realizarla. Quien desee hacer una labor antes de la Havdalá debe decir: "Bendito es Aquél que diferencia entre lo santo y lo profano" – Baruj HaMavdil bien Kodesh LeJol' -, pero tendrá prohibido comer o beber hasta no haber recitado la Havdalá con una copa de vino.

Hay quienes acostumbran a recitar la Havdalá sentados y quienes lo hacen de pie. Primeramente, se suelen recitar versículos de bendición para que sean una señal buena de cara a la nueva semana y luego se hacen cuatro bendiciones: 1) Boré Prí HaGafen ('creador del fruto de la vid') por el vino. 2) Boré Minei Besamím ('creador de especies aromáticas') por las especies aromáticas. 3) Boré Meorei HaEsh ('creador de las luminarias del fuego') por el fuego. 4) HaMavdil bein Kodesh Lejol ('que diferencia lo santo de lo profano').

El precepto de la Havdalá se cumple con excelencia si se recita sobre una copa de vino, sin embargo, es también posible hacerlo con 'el licor del país' (jamar mediná), esto es, con una bebida alcohólica que se acostumbre a beber en ese sitio geográfico específico, por ejemplo, cerveza, vodka, whisky o anís (arak). De no haber bebida alcohólica disponible se puede recitar la Havdalá con café. Quien recita la Havdalá debe beber la mayor parte del contenido de una copa que debe contener cuanto menos 75 mililitros. Quienes escuchan la Havdalá deben esperar en silencio hasta que el oficiante termine de beber la mayor parte del contenido de la copa. 

Al concluir el Shabat se bendice por las especies aromáticas ya que según nuestros sabios en ese momento el alma suplementaria sabática se retira y el espíritu de la persona se lamenta, y para devolverle su vitalidad se le da a oler perfumes. Por ello, quien recita la Havdalá debe esperar hasta que todos los presentes hayan olido las especies aromáticas, y solamente después de ello pasar a la bendición por la vela. Quien no es capaz de oler – que no recite la bendición de Boré Minei Besamím.

Se bendice por una vela al concluir el Shabat en recuerdo de que al finalizar el primer sábado de la historia HaShem le dio al primer Adam la idea de frotar dos piedras una con la otra para generar fuego. A priori, se bendice sobre una suerte de antorcha (avuká), esto es, una vela que posee varias mechas y por lo tanto genera una gran luminosidad. Todo aquel que escucha Havdalá debe ver la luz de la vela, de modo tal que, si se encontraba en un sitio oscuro, debería poder diferenciar entre dos monedas diferentes o entre sus dedos y sus uñas.

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