Así como el ser humano tiene cuerpo y alma, de igual manera los posee la semana. El Shabat es el alma y los días de la semana son el cuerpo. En la medida que el valor de las acciones realizadas por la persona durante los días hábiles sea mayor, podrá a su vez elevarse más en Shabat, ya que el séptimo día es la dimensión interior de la semana. En la medida que la persona se eleve más durante el Shabat, mayor será la medida de significado y santidad que podrá conferirle a los seis días posteriores de la acción. El Maharal de Praga explicó que la idea del Shabat está insinuada en el número de los días, ya que todo ente material posee seis lados: arriba, abajo, y las cuatro direcciones que se corresponden con los cuatro puntos cardinales, y el número siete expresa su interioridad. Así, el mundo material fue creado en seis días y en el séptimo fue creado el Shabat que es su interioridad consagrada.