El precepto del encendido de velas pertenece a todo el pueblo de Israel, hombres y mujeres, casados y solteros – todos deben honrar el Shabat y deleitarlo por medio de esta práctica. Sin embargo, la madre de la casa antecede a los demás miembros de la familia en su derecho a efectivizar el cumplimiento del precepto ya que la paz del hogar (shalom bait) depende principalmente de ella. Esto y más, incluso la luz de la Torá alumbra en el hogar por el mérito de la ama de casa. En virtud del cariño especial que este precepto despierta, numerosas mujeres acostumbran a encender las velas en bonitos candelabros de plata. Nuestros sabios dijeron que aquellas mujeres que cumplen con el encendido de un modo especialmente excelente tendrán el mérito de criar hijos estudiosos que incrementarán la luz por medio de su Torá y sus buenas acciones. Por ello, muchas mujeres acostumbran a rezar por sus hijos inmediatamente después del encendido de las velas, para que estos crezcan buenos y sabios.