La festividad de Pesaj está destinada a recordar la salida de Egipto, la de Shavu'ot a rememorar la entrega de la Torá y la de Sucot a evocar la Providencia de HaShem sobre nosotros desde nuestra permanencia en el desierto y hasta el presente. Las tres festividades están también ordenadas según las temporadas agrícolas de la tierra de Israel. Por ello, Pesaj cae en el mes de la primavera, Shavu'ot es también denominada 'Fiesta de la Siega' (Jag HaKatzir) y Sucot recibe también el nombre de 'Fiesta de la Recolección' (Jag HaAsif). En estos días, naturalmente, la gente está alegre, en primavera en virtud del florecimiento intenso una vez pasado el invierno, en la siega por la bendición de la abundancia de la cosecha, y en la recolección por la variedad de buenos frutos que las personas pudieron llevar para su casa. Es preceptivo que en las festividades se eleven y consagren los sentimientos que se despiertan en virtud de los procesos naturales para unirlos a los espirituales que, paralelamente se renuevan en los ámbitos de la espiritualidad. La festividad de Pesaj y la primavera son un tiempo de comienzo y de renovación, por ello salimos de Egipto y nos transformamos en una nación. La festividad de Shavu'ot y la siega son un tiempo de maduración del proceso del crecimiento hasta alcanzar su punto máximo, y por ello en esa fecha recibimos la Torá. La festividad de Sucot es un tiempo de alegría por la recolección y la síntesis de la bendición, por ello es el momento en el cual se expresa la gran alegría por el hecho de que la Divina Presencia reposa sobre nosotros, y por todas las cosas buenas que florecen gracias a que vivimos a la sombra de Su cuidado y protección.
Los días festivos, son también jornadas de juicio respecto de la temporada que se inicia, en Pesaj somos juzgados por la cosecha de cereales (en particular trigo), en Shavu'ot por los frutos del árbol, en Sucot por las lluvias y Rosh HaShaná es el día del juicio general para todo el año. Este es el buen consejo que HaShem nos dio por medio de los preceptos festivos, conectarnos con Él en cada estación por medio del agradecimiento y la alegría, para traer así bendición a la temporada que sigue.