La pila y los espejos de las mujeres que se reunían en el Santuario El altar exterior – los sacrificios El altar del incienso El candelabro (menorá) La mesa Los tres utensilios que había en el Santo (Kodesh) El Santo Sanctorum (Kodesh HaKodashim)
- La fe, el pueblo y la tierra de Israel -

La ofrenda permanente (korbán hatamid) y el incienso (ketoret)

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La ofrenda permanente (korbán hatamid) y el incienso (ketoret)

La ofrenda permanente consiste en un cordero que los cohanim sacrificaban cada mañana y cada atardecer sobre el altar exterior y es el más importante de los sacrificios. Por medio de esta ofrenda que era realizada en nombre de todo el pueblo de Israel, todas las creaturas del mundo se conectaban a su origen. El ciclo de la vida consiste en el nacimiento, el desarrollo y finalmente la muerte. Cada día mueren personas, animales y plantas, y cabe preguntarse cuál es el significado de todo ello. Por medio de la ofrenda permanente se le confiere sentido al ciclo de la vida. Todos los seres vivos aspiran a elevarse hacia la perfección, parte de esta elevación se lleva a cabo por medio del desarrollo, y cuando el mundo se torna estrecho y no permite que continúe el crecimiento, el espíritu se separa del cuerpo y continúa elevándose hacia su origen cual sacrificio. 

Otro tanto ocurre con la quema del incienso que se llevaba a cabo diariamente, tanto por la mañana como al atardecer. La ofrenda permanente expresaba el vínculo continuo entre el pueblo de Israel y HaShem y por ello era sacrificada sobre el altar exterior del Templo, mientras que el incienso, que exhalaba un aroma grato, expresaba la interioridad de esta conexión, por lo que se quemaba sobre el altar que se encontraba dentro del Santuario. El incienso estaba preparado a base de once especies vegetales que eran machacadas y pulverizadas. Diez de estas especies se correspondían con los diez grados de santidad por medio de los cuales el mundo fue creado, y una más que era el olíbano (jelbená), el cual expele mal aroma y se corresponde con los pecadores del pueblo de Israel, los cuales mientras se mantengan conectados a la generalidad de la nación, se suman a la santidad y su aroma se transforma en bueno. Así como el incienso expresa la unidad del pueblo de Israel, de igual manera el estilo de la plegaria redactado por nuestros sabios es para toda la nación. En virtud de las plegarias de todo Israel, cada individuo puede atraer sobre sí un rezo especial que sea bendecido y pueda aportar su parte en la reparación del mundo.

El centro espiritual El centro espiritual Las primicias (bikurim) El Templo como fuente de inspiración La labor de los cohanim en el Templo como fuente de inspiración La pureza El Monte del Templo Recordatorios de la destrucción del Templo Cuando el pueblo va por los caminos de HaShem