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La labor de los cohanim en el Templo es también una fuente de inspiración para todas las labores humanas. Así como los cohanim deben santificarse para la labor del Santuario y cuidarse de no entrar en contacto con impureza alguna que pudiera alejarlo del ejercicio de su función, de igual manera toda persona debe encontrar un valor ético en su trabajo, y al igual que el cohen, purificarse y consagrarse a su realización. Si se trata de un maestro, un médico, un ingeniero o un empleado de una tienda, deberá procurar descansar bien para poder cumplir su función adecuadamente. Además, no habrá de dormirse en los laureles, ampliando constantemente sus conocimientos y enfocando su voluntad en incrementar el bien y la bendición en su actividad laboral. Así debe ocurrir en todos los quehaceres.
Existen unas pocas excepciones y son los Sumos Sacerdotes (Cohanim Guedolim) que ingresan al Santo Sanctorum a desempeñar su labor, y en su caso, incluso las necesidades de sus parientes más cercanos carecen de importancia frente al carácter sagrado de su quehacer. Por ejemplo, en el caso de un médico poseedor de capacidades especiales para salvar vidas, aunque se encuentre en medio de los esponsales de su hija, si es llamado de urgencia desde el hospital deberá retirarse rápidamente del casamiento, despedirse de su esposa, su hija y los demás invitados y estos a su vez orarán por él para que sus esfuerzos por salvar al paciente que se debate entre la vida y la muerte resulten exitosos. De igual manera, el comandante de una unidad de elite que debe estar siempre listo para cualquier llamado, y si en un momento en el cual se encuentra junto a su esposa cuando ésta está por dar a luz es llamado repentinamente para salvar al pueblo de Israel de sus enemigos, deberá despedirse de ella, y así como todo el pueblo de Israel oraba por el éxito del Sumo Sacerdote en su labor en el Templo, de igual manera su esposa orará por él durante el parto pidiendo a D's que regrese de la batalla en paz para conocer a su tierno bebé.
