Las leyes en las cuales el estatus de la mujer es débil Divorcio impuesto Aguná (lit. 'anclada') Causales de divorcio El proceso del divorcio La mujer descarriada (sotá) El divorcio Los deberes implícitos en el matrimonio entonces y hoy Cambios halájicos en las leyes nupciales Los compromisos asumidos en el matrimonio La prohibición de reunión íntima (ijud) La preservación de la identidad de género Las reglas del recato Personas no aptas para contraer matrimonio La bastardía (Mamzer) Las prohibiciones
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Los valores familiares

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Los valores familiares

Las leyes Divinas trascienden nuestra comprensión y por ello jamás podremos entenderlas completamente. Dicho esto, resulta imposible ignorar un aspecto fundamental: la mujer sabe quién es su hijo, pues este nació de sus entrañas, pero el hombre puede dudar si su mujer quedó embarazada de él o, D's no lo quiera, de otro. En caso de duda, no querrá trabajar para mantener a su esposa y a sus hijos por lo que los ignorará y no querrá invertir esfuerzos en su educación. Más aún, una mujer es por naturaleza más fiel a sus hijos, los lleva en su vientre durante nueve meses, los amamanta, por ende, los cuida y se vincula más estrechamente a ellos mientras que el nexo del hombre con sus hijos es menos natural y se materializa a través de la responsabilidad moral, la fidelidad y el amor. Por medio de las estrictas normas hacia la mujer adúltera y la prohibición de que se case con otro sin que medie el divorcio, la confianza del hombre se refuerza en que su mujer le es fiel y los hijos son suyos, y puede consagrar a estos su vida sin temor, y entregarse a su manutención y bienestar. Parece que la situación de la sociedad secular, que dejó sin efecto estas normas por efecto de su ideal de equidad absoluta, demuestra la importancia de estas, ya que sin ellas el núcleo familiar se desmantela. Puede decirse, que la halajá no se ocupa de la igualdad entre el hombre y la mujer sino que da forma al camino más adecuado para beneficiar al hombre, a la mujer, a los hijos y a la familia toda. Por ello, en algunos aspectos, la halajá fue más estricta con la mujer, mientras que en lo relativo al sustento, tal como hemos visto, fue más enfática en los deberes del hombre. 

Una vez que estudiamos el enorme valor del matrimonio, los preceptos y las reglas destinadas a potenciar el amor en la pareja y a cuidar a la familia de los embates de la vida, ha llegado el momento de aprender sobre el grande y maravilloso momento en que los novios se transforman en una pareja casada.