En cuatro leyes el estatus de la mujer casada es más débil que el del hombre casado: 1) Una mujer casada que no recibió guet y quedó embarazada de otro hombre, ese hijo será bastardo. 2) Una mujer casada que traicionó a su marido queda prohibida para este y para el hombre con el cual cometió adulterio (en la práctica, se debe consultar a un rabino para ver cómo proceder), sin embargo, un hombre casado que traicionó a su esposa con otra mujer no queda prohibido para esta. 3) Una mujer cuyo marido desapareció no puede volver a casarse, ya que puede que aún esté casada, mientras que un hombre casado cuya esposa desapareció y no fue posible ubicarla, puede volver a casarse mediante un permiso especial del tribunal rabínico, ya que por la base de la ley no está prohibido que un hombre despose a dos mujeres. 4) Por este motivo, ante el caso de una mujer que no acepta recibir el guet, de mediar gran necesidad y tras un largo trámite, se le permitirá a su marido que despose a una segunda mujer sin divorciarse de la primera. Sin embargo, cuando el hombre no acepta otorgar el guet, no existe la posibilidad de permitirle a su mujer que vuelva a casarse con otro hombre sin que medie el divorcio. No obstante, tal como aprendimos en el inciso anterior, en principio, estas situaciones pueden también solucionarse.