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La regla general establece que el amor y la pasión deben orientarse a la construcción del sagrado vínculo de pareja, y cada vez que el deseo se orienta en otro sentido se ingresa en el ámbito de la prohibición del adulterio y las relaciones prohibidas. La más común de las relaciones indebidas es el adulterio con una mujer casada, e implica la traición al pacto matrimonial, así como también la destrucción de la maravillosa y sagrada fuerza del amor.
Otro tipo de relación adúltera es el incesto, que incluye las prohibiciones de relaciones sexuales entre un individuo y su madre, su tía, su hermana, su cuñada y la mujer de su padre. Tras el matrimonio la prohibición se extiende a los familiares de su esposa, esto es, su madre, su hermana y su hija. Paralelamente, estas prohibiciones aplican también para la mujer.
Otros tipos de relación prohibida son la homosexualidad masculina y la zoofilia, siendo ambas de una enorme gravedad.
Está prohibido mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio con culquier mujer ya sea soltera, viuda o divorciada. Cuando la mujer se encuentra nidá o imposibilitada de mantener relaciones en virtud de la impureza menstrual, esta prohibición es de mucha mayor gravedad aún. De todas maneras, dado que estas relaciones no implican la traición por parte de una mujer casada o el incesto, un niño producto de estos contactos no cae en la categoría de bastardo (mamzer).
Otra acción prohibida es la eyaculación en vano (masturbación fuera del marco de la relación de pareja). Sin embargo, esta prohibición es significativamente más leve que las anteriores y muchos juristas consideran que es de origen rabínico. El motivo de esta prohibición es que la pasión debe ser orientada por completo a la conexión entre el marido y su mujer y no debe ser desperdiciada en otro tipo de placeres. Por ello, la mujer también tiene prohibido masturbarse fuera del marco de la alegría conyugal y mucho más aún hacerlo con otra mujer.
