)
Está permitido ingerir carne de animales y aves kasher a condición de que hayan sido faenados según la halajá, pero de no ser así, esta es considerada no apta (nevelá) y su consumo está prohibido. Mediante la faena (shejitá) se debe cortar la tráquea, el esófago y las arterias que se encuentran a sus lados. La shejitá es el modo más sencillo de matar al animal sin que éste sufra, ya que la arteria que surte al cerebro de la mayor parte de la sangre pasa por el sitio del corte, por lo que ni bien este es efectuado el abastecimiento sanguíneo se interrumpe y antes de que las señales de dolor lleguen al cerebro del animal este ya no está en condiciones de recibirlas. En el segundo inmediatamente anterior a la suspensión del flujo sanguíneo, el dolor tampoco es percibido porque la shejitá debe ser realizada con un cuchillo filoso y liso por medio de un rápido movimiento. En el caso de los peces, que poseen un sistema nervioso y perceptivo menos desarrollado, no requieren de faena.
Existen otras prohibiciones en lo relativo al consumo de carne, y también en ellos resalta el objetivo de minimizar el sufrimiento animal. Quien corta un trozo de un animal y lo come transgrede una prohibición, y esto está prohibido incluso para los hijos de Noaj (gentiles) (eber min hajai). Es preceptivo cubrir con tierra la sangre del animal salvaje o el ave faenados, ya que como estos generalmente crecen en la naturaleza, en el acto de cobertura hay implícita una disculpa por haberlos cazado. Sin embargo, la sangre del animal doméstico no es preciso cubrirla ya que el ser humano es quien lo cría. Está prohibido faenar un animal y su cría en el mismo día. De igual manera, se nos ordenó no tomar un pájaro que se encuentra sobre sus pichones (adelante 25:12).
