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Es precepto de la Torá no ingerir insectos, tal como fue dicho: "No haréis impuras a vuestras almas con todo reptil que repta, y no os mancillaréis con ellos ya que ellos os impurificarán. Ya que Yo soy HaShem vuestro D's, y habréis de consagraros y seréis consagrados, ya que Santo soy Yo. Y no habréis de mancillar vuestras almas con todo reptil que se arrastra sobre la tierra" (Vaikrá-Levítico 11:43-44). Existen tres tipos de sheratzim: aquellos que crecen en el agua como la rana, el camarón, el cangrejo o la langosta de mar y los pequeños gusanillos. Un segundo tipo son los sheratzim que reptan sobre la tierra como la tortuga, la lagartija, el cien pies, gusanos e insectos. Y un tercer grupo son los sheratzim que vuelan, como las moscas, los mosquitos, las avispas y las abejas. La ingestión de un sheretz diminuto está también prohibida por la Torá. Cuando vemos una fruta que parte de ella está en estado de descomposición, debe revisarse para prevenir la presencia de gusanos. En el pasado, era común que en las legumbres y en la harina se encuentren gusanos por lo que resultaba necesario revisarlas o tamizarlas. Sin embargo, en las legumbres o en la harina envasadas por compañías confiables y que son comercializadas en tiendas limpias, no se teme la presencia de gusanos, por lo que no resulta obligatorio revisarlas o tamizarlas. Es correcto guardar las legumbres y la harina en un sitio seco y fresco para que no se desarrollen en estas sheratzim.
En las verduras de hojas, tales como la lechuga, la coliflor, el brócoli, el perejil y el eneldo pueden encontrarse sheratzim diminutos de un color semejante al del follaje, por lo que deben ser bien lavadas para así eliminarlos. Es correcto sumergir en primer lugar las verduras con hojas durante unos minutos en agua con sal, vinagre, jabón o cualquier otro producto que disuelva el pegamento de las patas de los sheratzim para que de ese modo el enjuague pueda retirarlos con mayor facilidad y además esto permitirá eliminar los restos de insecticidas y demás productos tóxicos. Hay quienes por temor a estos pequeños sheratzim adoptan una actitud más estricta y consideran que no es posible confiar en que el remojo y el enjuague los retiren de las hojas por completo y por ello consumen verduras cultivadas de un modo especial que no permite que se desarrollen insectos o gusanos. En el ámbito de la kashrut común se confía en la idea principal de la halajá, y en el de la kashrut más excelente se procede conforme a la opinión más estricta.
Los gusanos acuáticos que se adhirieron al pez son también prohibidos, y hay pescados que suelen tenerlos, por lo que es importante comprarlos con una supervisión que los evite. De no haber supervisión sobre el pescado, al adquirirlo, se deben tirar sus órganos internos, pelar su piel y desechar la zona de la cabeza o limpiar diligentemente la zona de la boca y las branquias que es donde suelen alojarse los gusanos.
