Todo judío que cree en HaShem y en Su Torá es considerado fidedigno en cuestiones de kashrut y se puede comer en su casa. Esta credibilidad básica depende de dos condiciones. La primera, que se trate de una persona que sabe cumplir con los detalles del precepto. La segunda, que no tome el precepto a la ligera. Quien se aloja en lo de un amigo que no cuida kashrut debe acordar de antemano que este habrá de comprarle alimento listo con sello de supervisión y se lo habrá de servir en platos y con cubiertos de plástico desechables ya que los cubiertos comunes de la casa no son kasher.