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Quien se salva de un peligro debe bendecir: 'Baruj Atá…HaGomel Lajaiavim Tovot Sheguemalani Kol Tuv' (Que retribuye bondades a quienes no lo merecen y me ha prodigado todo el bien). Esto es, si bien tenemos en nuestro haber pecados por efecto de los cuales podemos llegar a ser considerados 'no merecedores o deudores', HaShem nos prodiga bondades y nos salva. Cuatro tipos de personas deben recitar la bendición de HaGomel: 1) Quienes navegaron una ruta que encierra peligro de muerte por naufragio y llegaron a puerto. 2) Quienes atravesaron el desierto cruzando por caminos peligrosos y llegaron a un poblado, o quien pasó un accidente de tránsito que implicó un riesgo determinado. 3) Personas enfermas que se curaron de una afección que implicaba riesgo mortal. 4) Prisioneros que se liberaron de una condena prolongada o peligrosa. Una parturienta recita también esta bendición ya que el parto es un procedimiento que encierra cierto riesgo. Soldados que se ocupan de una función militar que implica riesgo, al concluir el período de esta misión deben recitar HaGomel.
Esta bendición se recita ante un minián. Es bueno hacerlo contiguo a la lectura de la Torá en la sinagoga. Un niño que se salva de un peligro no bendice, pues la responsabilidad por su integridad recae sobre sus padres.
Quien se salva milagrosamente de un gran peligro que suele resultar mortal, por ejemplo, cuando un gran edificio se desmorona sobre una persona y los rescatistas excavan y lo encuentran vivo, o quien fue objeto de reiterados disparos de arma de fuego que impactaron en la parte superior de su cuerpo, al regresar al sitio de su salvación y contemplarlo debe recitar: 'Baruj Atá…Sheasá Li Nes Bamakom Hazé' (Que obro para mí un milagro en este lugar).
