La bebida más importante es el vino, y por ello nuestros sabios le fijaron una bendición especial – Boré Prí HaGafen. Dado que el vino es una de las siete especies, tras haberlo bebido se recita la bendición de Me'ein Shalosh. En virtud de su importancia, por ser el más destacado de los líquidos, la bendición del vino incluye a las demás bebidas tanto en la primera bendición previa a la ingestión como en la final posteriormente.
El vino extraído de las uvas es una bebida poseedora de características singulares, no solo alimenta, sino que también alegra en virtud de su contenido de alcohol. Hay quienes sostienen, con un pensamiento simplista, que corresponde que una persona justa que desea santificarse sea sombría y triste, se aparte de la vida real para no verse arrastrado por las bajas pasiones, el espíritu licencioso y la soberbia. Sin embargo, de acuerdo con las directivas de la Torá, la santidad debe manifestarse en todos los ámbitos de la vida, tanto en el espíritu como en la materia, en el deleite espiritual y en el buen gusto, en los alimentos que nutren y también en el vino que alegra. Por lo tanto, si bien un judío se ve colmado de placer espiritual cuando se encuentra apegado a la Torá y a los preceptos, mientras que el cuerpo no participe de la alegría, no solamente su cuerpo está incompleto, sino que también lo está su alegría espiritual. Por ello, nuestros sabios establecieron que se bendiga sobre una copa de vino en todo evento importante poseedor de relevancia espiritual, tal como en un compromiso prenupcial, en un matrimonio, en una circuncisión, en el Kidush y en la Havdalá tanto de Shabat como de festividades. Incluso después de una comida importante hay quienes tienen el recaudo de recitar el Birkat HaMazón sobre una copa de vino.
Al igual que en todos los sucesos, cuando el lado material va de la mano de los valores espirituales, no solamente no daña, sino que contribuye a su revelación. Sin embargo, cuando la materialidad se torna lo principal, esta desplaza a la espiritualidad y causa que el ser humano sea grosero y torpe. Lo mismo ocurre en el caso de la bebida alcohólica, quien se torna adicto a su ingestión se vuelve alcohólico y se ve denigrado, su consciencia se aparta de él y se ve dominado por la inclinación al mal. Por lo tanto, existen numerosas advertencias en el Tanaj y en las palabras de nuestros sabios en cuanto a que la persona debe ser precavida al beber alcohol, y hacerlo en la justa medida para alegrarse y alabar a D's sin perder el control sobre su conducta y su decoro.