El precepto consiste en dos partes: respeto y temor reverencial. Respeto implica ayudar a los padres. Temor reverencial implica tratarlos con respeto y veneración. El padre y la madre son iguales a los efectos del cumplimiento del precepto. A fin de enfatizar esta idea, en el precepto de honrar que implica ayudar, se menciona primeramente al padre, tal como fue dicho: "Honrarás a tu padre y a tu madre" (Shemot-Éxodo 20:12), ya que a muchos de los niños les gusta más ayudar a sus madres, por lo que la Torá anticipa en su mención al padre, para así enseñarnos que es tan preceptivo ayudar al uno como al otro. En el precepto de profesar temor reverencial a los padres la Torá anticipó la mención de la madre a la del padre, tal como fue dicho: "Cada hombre a su madre y a su padre habréis de venerar" (Vaikrá-Levítico 19:3), ya que muchos de los niños temen más a su padre. Es por ello que la Torá menciona primero a la madre para enseñarnos que se debe profesar idéntico temor reverencial a ambos.