Hijos de padres divorciados deben honrar a sus dos progenitores. A modo de ejemplo, si se crían con la madre y esta les exige cortar el vínculo con el padre porque ella está muy dolida con él y sostiene que es una persona malvada – los hijos tienen prohibido hacerle caso. Sin embargo, a una tierna edad los niños no pueden adoptar una actitud independiente y si no mantienen una relación estable con el padre no se los puede culpar. Una vez que hayan crecido, sin embargo, es su deber mantener un vínculo adecuado de respeto con ambos progenitores.