No se exteriorizan señales de duelo en Shabat por causa de su santidad, por lo que poco antes de su inicio los dolientes lavan sus cuerpos con agua tibia, visten ropas sabáticas y asisten a la sinagoga. Asimismo, se realizan comidas en las que se cantan melodías sabáticas tal como se procede habitualmente. Sin embargo, las costumbres luctuosas siguen vigentes en privado, por lo que el doliente se abstiene de mantener relaciones sexuales, no se lava el cuerpo ni se le aplican cremas con finalidades placenteras. El Shabat es contado dentro de los siete días de luto, ya que es el alma de la semana y aunque esta sea luctuosa, el sábado es parte de esta y la eleva por medio de su santidad.
Las festividades dejan sin efecto el duelo, y si bien son inferiores en santidad respecto del Shabat, su alegría es más notoria, por lo que si se comenzó la shiv'á una hora antes de iniciarse una de estas, al hacerlo, la alegría festiva deja sin efecto e interrumpe los siete días del duelo. Las festividades que dejan sin efecto el duelo son aquellas que figuran en la Torá: Pesaj, Shavu'ot, Rosh HaShaná, Yom Kipur y Sucot. Empero las festividades de Janucá, Purim y Yom Ha'Atzmaut que fueran decretadas por nuestros sabios no anulan el duelo. Si el funeral tuvo lugar durante Jol HaMo'ed, la festividad pospone la shiv'á, y tras su finalización se comienza los siete días de shiv'á.