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Desde el momento en que los parientes en primer grado se enteran del fallecimiento de su familiar ingresan al estatus de onením, vocablo derivado del hebreo onén – que significa "pesar" o "dolor". Se trata de personas completamente embargadas por el dolor por la pérdida de su ser querido por lo que deben interrumpir todas sus ocupaciones y dirigir toda su atención al fallecido, preocuparse por su honor, organizar su funeral y su entierro. Por ello, durante este tiempo de la tristeza o aninut, esto es, desde que el ser querido fallece y hasta que concluye el funeral, los onením están exentos del cumplimiento de los preceptos positivos, incluidos los rezos y el recitado de bendiciones, la colocación de tefilín y demás. Sin embargo, deben aun cuidarse de no transgredir ninguna prohibición de la Torá, por lo tanto, al ingerir pan deberán lavar sus manos ya que está prohibido hacerlo sin previa ablución, mas no habrán de recitar bendición ni por el lavado ni al comer. Los onením deben abstenerse de ingerir carne o vino porque ello implica alegría. Si la noticia del fallecimiento llega en Shabat, se debe continuar con el cumplimiento normal de todos los preceptos sabáticos y solamente una vez concluido el día sagrado comienza el período de la onenut.
