Como consecuencia de los diferentes exilios y de la dispersión de las comunidades, se generaron diferencias entre las versiones del rezo de las distintas congregaciones. En lo principal del rezo las diferencias son menores, y en los agregados posteriores pertenecientes a la era de los rishonim (Edad Media) y a la de los ajaronim (últimos cuatrocientos cincuenta años) las diferencias son importantes. Es correcto que cada judío mantenga la costumbre de sus padres, ya que de ese modo profundiza su vínculo ininterrumpido con la tradición de la Torá y el judaísmo. Sin embargo, quien se acostumbró a una versión o nusaj específicos y le cuesta regresar a la de sus antepasados, puede continuar rezando como lo hacía. Los conversos pueden escoger la versión que mejor se adapte a ellos y la costumbre más extendida es que escojan la de la comunidad a través de la cual ingresan al judaísmo. Una vez que vuelva a conformarse el Gran Sanhedrín (Sanhedrín HaGuedolá), es probable que se establezca una versión única del rezo que incluya los aspectos positivos de cada tradición. Aun entonces, habrá lugar para diferentes énfasis y melodías en cada comunidad según sus particularidades.