Quien precisa ir al excusado, tanto para orinar como para ir de cuerpo, no deberá rezar antes de evacuar porque esta urgencia puede afectar su concentración (kavaná). Además, no corresponde presentarse a rezar ante HaShem con el cuerpo cargado de materia fecal. En caso de haber comenzado a rezar cuando tenía una gran necesidad de ir de cuerpo, su plegaria resulta inválida y deberá rezar nuevamente después de haber evacuado. Sin embargo, en el caso de las demás bendiciones o cuestiones vinculadas a la santidad que no poseen tal gravedad como rezar, habrá cumplido con su deber. Cuando la necesidad de evacuar no es muy grande, esto es, si la persona puede soportar durante una hora, su rezo será válido.
Una persona ebria no debe rezar ya que esta acción requiere de lucidez mental, y a diferencia de los idólatras que llevan a cabo rituales religiosos embargados en un estado de éxtasis por medio del alcohol y las drogas, a D's hay que dirigirse con seriedad y pensamiento profundo. Por ello, los cohanim tienen prohibido ingresar a la labor sagrada del Templo tras haber bebido vino (Vaikrá-Levítico 10:8-11). A posteriori, si una persona no se embriagó, sino que únicamente bebió lo suficiente para sentir mareo, pero aún puede hablar respetuosamente ante el Rey, cumplió con su deber de rezar. Pero si no era capaz de hablar correctamente delante del Rey, su rezo resulta inválido. Sin embargo, en el caso del recitado de bendiciones, una persona ebria puede también recitarlas.