Preparativos previos al rezo Preservando la tradición de los patriarcas Condiciones necesarias para el rezo y para cuestiones relativas a la santidad La concentración en el rezo (kavaná) y aquellos a quienes les resulta difícil alcanzarla El precepto del rezo para las mujeres El decreto de los tres rezos La fijación de la redacción del rezo El efecto de la oración El rezo La bendición por la Torá Las bendiciones matinales El lavado de manos matinal
- Entre el hombre y su Creador -

El rezo de la Amidá

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El rezo de la Amidá

La Amidá es también llamada Shemoné Esré (lit. 'dieciocho') en virtud del número inicial de sus bendiciones. Con el tiempo, se le adicionó una bendición que pide la desaparición de los malvados que perseguían al pueblo de Israel, por lo que en la actualidad son diecinueve. La plegaria se divide en tres partes: alabanzas, pedidos y agradecimiento. En las primeras tres bendiciones comenzamos alabando a HaShem, en las trece del medio formulamos pedidos y en las tres últimas le agradecemos a D's y nos despedimos de Él con la bendición sobre la paz. 

En algunas de las peticiones se manifiestan la generalidad de las aspiraciones del pueblo de Israel, incluidas aquellas que son de carácter personal y se refieren a la salud y al sustento. Estas son las trece cuestiones por los que pedimos: sabiduría, retorno, perdón, redención, curación, sustento, la reunión de los exiliados, la instauración de la justicia, la eliminación de los malvados, la bendición de los justos, la reconstrucción de Jerusalém, el reino de la Casa de David y finalmente pedimos que nuestras plegarias sean escuchadas. En la bendición por el sustento, en invierno pedimos lluvias y en verano rocío, siendo necesario no equivocarse en ello. 

Resulta deseable que se agreguen peticiones personales en las bendiciones intermedias, en cada una según su tema. Por ejemplo, en la bendición por la curación cabe pedir por una persona enferma, en la del sustento cabe pedir por alguien que lo necesita, en la de la reunión de los exilios cabe pedir que un pariente puede ascender a la tierra de Israel. La bendición que pide que HaShem escuche nuestros pedidos es una petición general y en esta se pueden hacer todo tipo de solicitudes. Asimismo, se puede agregar peticiones antes de que concluyamos el rezo, previo a retroceder tres pasos.  

Intención o concentración (kavaná): A quien le resulte difícil concentrarse en todas las palabras debe procurar hacerlo en la frase final de cada una de las bendiciones, y al menos en la primera bendición, la de los patriarcas, que es la que comienza la plegaria. A los efectos de reforzar la concentración durante el rezo, hay quienes oran leyendo de un sidur y otros acostumbran a hacerlo con los ojos cerrados. Es preceptivo rezar en hebreo, pero quien no lo entiende puede recitar tanto el rezo como las bendiciones traducidos a una lengua que sí comprenda. Hay quienes prefieren balancearse durante el rezo para expresar así su emoción y el temblor que debe embargar a quien ora, y también a los efectos de hacer participar a todo el cuerpo en la tarea de rezar. Hay quienes prefieren no moverse durante el rezo y permanecen parados como lo hacen quienes se ponen de pie como forma de respeto. 

En voz baja: La plegaria de la Amidá expresa las aspiraciones más profundas del alma y por ello se instituyó que sea dicha en voz baja, esto es, marcando con los labios cada palabra sin emitir sonido alguno.

La postura corporal durante la Amidá La postura corporal durante la Amidá El recitado del Shemá Continuación de la porción del Shemá