Es precepto de la Torá que toda persona cumpla con sus promesas o votos, y en caso de no hacerlo, detenta un grave pecado en su haber. En caso de ver que no podrá cumplir con un voto, debe acudir donde un rabino y pedirle que lo libere de este, y en caso de que este último vea que resulta posible hacerlo deberá sumar a dos personas más para conformar un tribunal que pueda llevar a cabo la liberación de lo prometido.
Buenas costumbres que la persona acostumbró a practicar se consideran una especie de voto, así como también el compromiso asumido de cumplir un precepto. A los efectos de ingresar al Día del Juicio limpios de toda sospecha de voto incumplido, este comienza con el recitado de la plegaria de 'Kol Nidrei', por medio de la cual se liberan todos estos compromisos que se asemejan a votos. A continuación, anunciamos que, en adelante, toda buena acción que planeemos realizar o que comencemos a ejecutar de modo permanente no nos sean consideradas como un voto. Algunos hombres liberan sus promesas o votos en la víspera de Rosh HaShaná.