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Hay personas que desde su nacimiento están destinadas a ser ricas y enfrentarse a las inclinaciones que ello conlleva, y aunque pequen reiteradamente continuarán siendo adineradas. Todo lo que se les decrete en el tribunal celestial por sus acciones influirá sobre sus condiciones de vida en su carácter de persona acaudalada. Por ejemplo, si habrá de ser feliz en virtud de su opulencia o si esta le tendrá sumido en preocupaciones, si la riqueza lo habrá de poner a prueba en situaciones difíciles o si le habrá de ayudar en el cumplimiento de los preceptos, la realización de buenas acciones y acceder así al Mundo Venidero. Hay quienes desde su nacimiento están destinados a enfrentar la pobreza, y aunque hagan muchos méritos continuarán siendo pobres. Su juicio girará alrededor de la pregunta de si su pobreza habrá de ser extrema o soportable, si habrá de estimularlos en su servicio a D's o, por el contrario, los desalentará. En casos poco frecuentes, aunque el destino haya sido sellado, por medio de méritos especiales o pecados graves una persona puede cambiar su destino y su misión. A veces el destino no es inamovible, sino que simplemente fija un rumbo que puede estar sujeto a modificaciones, y entonces el juicio puede influir también sobre aquella persona cuyo destino era ser rica, variando su suerte entre el buen pasar económico y la extrema riqueza. Otro tanto ocurre en el caso de la persona pobre, el juicio influirá en si habrá de vivir con ciertas limitaciones o sumido en la miseria.
Otras personas, no están especialmente destinadas a ser ricas o pobres y por ello su destino no es fijo, y en caso de escoger el bien en los temas referidos al dinero y la tzedaká serán justamente dignas de alcanzar la riqueza para por su intermedio poder ejercer una influencia positiva. A veces, resulta evidente a los ojos de HaShem que, si una persona determinada ha de alcanzar la riqueza, él o sus familiares se inclinarán a incurrir en la altanería, los bajos deseos y la mezquindad. Por ello, dado que el apego a D's y a las buenas acciones son lo principal, y de ellos depende su vida en el Mundo Venidero, del Cielo tienen compasión por la persona y le decretan dificultades en la obtención del sustento, salvándola así de una difícil prueba, para permitirle tener una vida de valores en este mundo y una gran recompensa en el Mundo Venidero. En caso de no haber logrado obtener la compasión Celestial, se le concede una riqueza que la haga pasar por duras pruebas y las cuales pueden hacerlo descender a los más bajos avernos. En la definición de la sentencia se toman también en cuenta las dificultades por las que debe pasar una persona para escoger el bien y evitar el mal. Hay personas que desde el punto de vista de la misión a la que fueron destinadas, fueron creadas con una muy fuerte inclinación al mal, o se criaron en un medio sumamente complejo y adverso, y en la medida que puedan aprender algo de Torá y realizar algo de buenas acciones esto resultará sumamente valioso y serán abundantemente recompensadas. Tal como dijeron nuestros sabios: 'La recompensa es proporcional al sufrimiento'. Hay quienes poseen una fuerte inclinación al bien y se criaron en un entorno adecuado, y en caso de que pequen serán duramente castigados (sobre el significado del destino y la elección ver arriba 15:15).
