El precepto de narrar a los niños la salida de Egipto aparece en la Torá bajo cuatro formas o estilos diferentes, para enseñarnos que debemos explicar el Éxodo de un modo que resulte adecuado a cada niño, según sus capacidades y sus características. Cuando un niño es inteligente, se le responde de un modo detallado y profundo. Cuando desafía a la tradición con el estilo propio de las personas inicuas, es necesario responderle con palabras de confianza y fe en HaShem con la esperanza de que estas ingresen a su corazón. Si el niño es simple, es preciso despertar su interés por medio del relato de los grandes milagros que HaShem obró para el pueblo de Israel al salir de Egipto. Y en caso de que se trate de un niño indiferente que no sabe preguntar, es necesario despertar su interés por medio de los alimentos especiales propios de la noche del Seder, los cuales ilustran el relato del Éxodo.