La salvaguarda de la vida antecede al cumplimiento de todos los preceptos El rescate de prisioneros Los organismos públicos de rescate No serás indiferente a la sangre de tu prójimo La prohibición de cometer suicidio "La ternera degollada" y la responsabilidad de los líderes sociales El asesino involuntario o por negligencia
- Entre el hombre y su prójimo -

Morirá y no habrá de transgredir

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Morirá y no habrá de transgredir

La salvaguarda de la vida antecede al cumplimiento de todos los preceptos, salvo el caso de tres graves transgresiones que atentan contra la vida de modo irremediable, sobre las que fue dicho: "(el infractor) Morirá y no habrá de transgredir". Estas son: el derramamiento de sangre, la idolatría y las relaciones sexuales prohibidas (guilui araiot)", esto es, si a una persona se le impone la elección entre asesinar o ser asesinado, deberá preferir su muerte a asesinar. Lo mismo aplica respecto a las relaciones incestuosas y prohibidas a la idolatría. Si bien recae sobre cada uno el deber de intentar salvarse de estas terribles situaciones, en caso de no lograr evadirse, debe ofrendar su vida. Por el mérito de esta capacidad de entrega en el cumplimiento de estos tres preceptos que preservan en el ser humano la imagen Divina, el pueblo de Israel pudo conectar su existencia con los valores eternos, sobrevivir los exilios y continuar generando e incrementando la vida y la bendición.

El feto y la interrupción del embarazo El feto y la interrupción del embarazo Precaución en los caminos El precepto de la baranda (ma'aké) El precepto de eliminar peligros y abstenerse de ellos El cuidado de la salud Visitar a personas enfermas El enfermo terminal