Visitar a personas enfermas El cuidado de la salud El precepto de eliminar peligros y abstenerse de ellos El precepto de la baranda (ma'aké) Precaución en los caminos El feto y la interrupción del embarazo Morirá y no habrá de transgredir La salvaguarda de la vida antecede al cumplimiento de todos los preceptos El rescate de prisioneros Los organismos públicos de rescate No serás indiferente a la sangre de tu prójimo La prohibición de cometer suicidio "La ternera degollada" y la responsabilidad de los líderes sociales El asesino involuntario o por negligencia
- Entre el hombre y su prójimo -

El enfermo terminal

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El enfermo terminal

Corresponde que un enfermo terminal poco antes de fallecer se confiese por todos sus pecados para presentarse ante el Tribunal Celestial en estatus de quien retorna en arrepentimiento. Asimismo, corresponde que se despida de sus parientes e hijos, y los inste a apegarse al camino de la verdad y el bien según la tradición judía. Por otra parte, existe el temor de que si sus médicos le comunican que sus días están próximos a expirar su ánimo se quebrante, lo cual le podría acortarle la vida. Por ello, no se debe decir a un paciente que sus posibilidades de vivir llegaron a término. En primer lugar, porque esto no se puede saber con certeza, y en el segundo, para no desanimarlo. Por ello, es preceptivo que quienes acompañen al enfermo se conduzcan de un modo adecuado a su personalidad, y con mucha delicadeza y sensibilidad le comenten que su situación es delicada, para que el enfermo pueda confesarse y despedirse de sus personas queridas. Simultáneamente, deben infundirle ánimo de que su situación puede mejorar, y más aún, gracias a la confesión y la despedida quizás tenga el mérito de que sus días se prolonguen.

Aquella persona que acorta la vida de un enfermo transgrede la prohibición de asesinar, ya que cada minuto de vida posee un valor absoluto. Aunque el paciente suplique que pongan fin a su vida para liberarlo de su sufrimiento está prohibido hacerlo. Es más, todo aquel que interrumpe el suministro de líquidos o alimentos es considerado un asesino. No obstante, de saberse que el enfermo no está interesado en que se realicen esfuerzos en aras de prolongar su vida, o de saberse que el paciente sufre mucho y desea morir, no se le habrá de proporcionar un tratamiento que prolongue su vida. Los detalles de esta halajá son múltiples y no es este el lugar apropiado para detallarlos.