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Al concluir Yom Kipur la santidad del día se retira, y los pórticos celestiales que estuvieron abiertos ante quienes procuraron el retorno se cierran. Por lo tanto, poco antes de la finalización del ayuno se reza Ne'ilá con gran y especial concentración intencional. Más aun, lo fundamental de la expiación tiene lugar hacia la conclusión el día, cuando el ayuno llega a su punto álgido y el proceso del retorno en arrepentimiento comienza a ser sellado. Por eso, también quien se siente ya débil por causa del ayuno, debe sobreponerse y esmerarse por hacer teshuvá, decidir reforzar su estudio de Torá y su cumplimiento de preceptos, así como también orar por todo el pueblo de Israel.
En virtud de la gran relevancia del rezo de Neilá, en su honor se acostumbra a abrir el Arca Sagrada. Una vez concluido, cuando ya no queda más tiempo para confesarse y seguir sumando rezos y peticiones, los hijos de Israel acostumbran a aceptar sobre sí el Yugo Celestial por medio del recitado del 'Shemá Israel' y 'HaShem es D's'. Esto es así ya que el conocimiento profundo que se discierne por efecto de la sucesión de los 'Días Solemnes' es el de la fe, que es el fundamento y el objetivo de todo, y es la voluntad fundamental de cada judío, apegarse a HaShem y reparar el mundo bajo la soberanía de D's.
Inmediatamente después, al salir las estrellas, se toca el Shofar en señal de que el día terminó y la Divina Presencia que reposó entre nosotros volvió a ascender a Su sitial. Los toques del Shofar expresan también la alegría del alma que por el mérito de Yom Kipur quedó libre de las grillas de su pecado. Este toque del Shofar alude a la redención y la reunión de los exilios, tal como fue dicho: "Acontecerá en aquel día, que se tocará un gran Shofar, y vendrán los extraviados en la tierra de Asiria y los que habían sido desterrados a Egipto, y se prosternarán a HaShem en el monte santo, en Jerusalém" (Yshaiahu-Isaías 27:13).
Una vez finalizados los toques del Shofar, la enorme tensión de los 'Días Solemnes' se libera y todos los hijos de Israel saben que HaShem los ama y aceptó su retorno, que sus almas se purificaron y quedaron en libertad, y que también en el año próximo podrán continuar avanzando y superándose en el estudio de la Torá y la realización de buenas acciones, con una gran alegría que colma los corazones.
El horario de la finalización del ayuno es el de la salida de las estrellas, y dado que es preceptivo agregar tiempo profano al sacro, se concluye el ayuno unos minutos más tarde (tal como se especifica en los calendarios). Se acostumbra a recitar la bendición por la renovación de la luna (Birkat HaLevaná) después de que se reza Arvit (ver arriba 29:2). El orden de la Havdalá de Yom Kipur implica bendecir por el vino, por una vela y por la separación entre lo santo y lo profano, pero se omite la bendición de las especies aromáticas. Una vez concluida la Havdalá se come y se bebe con alegría, plenos de fe en que HaShem acepta con amor a quienes retornan a Él.
