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El precepto de ayunar

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El precepto de ayunar

Es preceptivo ayunar en Yom Kipur, tal como fue dicho: "Será esto para vosotros una ley perpetua; en el séptimo mes, en el día diez del mes, habréis de afligir vuestro ser… Ya que en este día hará expiación por vosotros para purificaros. De todos vuestros errores, ante HaShem habréis de purificaros.  Shabat, día de descanso es para vosotros, y habréis de afligir vuestro ser, ley eterna" (Vaikrá-Levítico 16:29-31). El centro del precepto de afligir el ser es abstenerse de la ingestión de comida y bebida, por cuyo intermedio se mantiene la vida del ser humano, pero esta aflicción incluye otras cuatro limitaciones, las cuales junto a la primera suman cinco: 1) Comer y beber. 2) Lavarse. 3) Aplicarse cremas o ungüentos. 4) Usar calzado habitual (por lo general de cuero). 5) Mantener relaciones conyugales.

El precepto de ayunar implica no ingerir cantidad alguna de alimento ni de bebida. A lo largo del año el alma se ve recubierta de una capa de materialidad, de las diferentes pasiones físicas que llevan al ser humano a olvidar sus aspiraciones interiores y por ende a pecar. HaShem nos ordenó ayunar en Yom Kipur para que nuestra alma se desconecte un poco de las cadenas corporales y materiales, y así puedan liberarse y revelarse todas nuestras aspiraciones buenas y auténticas, y en virtud de ello los pecados se separan de nosotros. Y si bien el ayuno puede afectar negativamente a la concentración durante los rezos, una idea se va aclarando paulatinamente, y es la de que nuestro verdadero anhelo es apegarnos a D's, ser buenas personas y reparar el mundo a la luz de la Torá y bajo su guía. A partir de esta premisa, retornamos en profundo arrepentimiento, cada uno según su nivel. Por lo tanto, quien no puede ayunar y asistir a la sinagoga para rezar, que se quede todo el día recostado en su cama con tal de que ello le permita no comer ni beber en lo más mínimo. Y esta persona no debe entristecerse por ello, ya que por medio del ayuno logra captar el fundamento central del día, y en virtud de ello puede pensar pensamientos positivos y decidir incrementar su estudio de la Torá, el cumplimiento de preceptos y el esmero en la construcción de una familia.

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