Yom Kipur es tiempo de retorno, perdón y expiación, tal como fue dicho: "Ya que en este día hará expiación por vosotros para purificaros. De todos vuestros errores, ante HaShem habréis de purificaros" (Vaikrá-Levítico 16:30). El principal aspecto de la teshuvá se cumple por medio de la expresión verbal de la confesión. Para ello, nuestros sabios confeccionaron un texto que cada judío debe recitar por todo el pueblo de Israel, y en esta confesión general cada individuo se refiere también a sus pecados particulares. Quien crea que detallar sus infracciones habrá de resultar útil para su retorno en arrepentimiento que lo haga en voz baja, se lamente por ellas y se comprometa a intentar no volver a fracasar en las mismas faltas. La confesión debe recitarse de pie. Es correcto inclinar la cabeza y encorvarse un poco durante el recitado de la confesión en señal de sumisión. Se acostumbra a golpear un poco con el puño sobre el pecho durante la confesión como quien señala que su corazón lo llevó a pecar.