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Al comenzar el orden de los rezos de Yom Kipur, se extraen rollos de la Torá, y estando de pie el oficiante declara: 'Con la anuencia del Eterno y la anuencia del público, con la anuencia del Tribunal Celestial y del Tribunal Terrenal, nos es permitido orar junto a los transgresores (de la Ley)'. Esta declaración expresa el motivo central de Yom Kipur, día en el cual se revela el alma sagrada que anida en cada hijo de Israel, y por ello es un día de perdón, e incluso personas que durante todo el año se conducen como transgresores y no corresponde rezar junto a ellas, son invitados a orar junto al resto de la congregación. Dijeron nuestros sabios: "Todo ayuno del que no participan los transgresores de Israel, no es ayuno". Esto es así ya que en cada judío se encuentra una chispa especial propia y las que anidan en el interior de los que se alejaron son especialmente caras y difíciles de revelar, por ello les resulta difícil observar los preceptos, y mientras tanto, al estar alejados de la santidad tanto el pueblo de Israel como el mundo, sienten la carencia del aporte singular que estas personas podrían realizar. Cuando los transgresores se despiertan al retorno y se suman al rezo se produce una gran santificación del Nombre Divino y tanto los judíos como el mundo todo extraen de ello un gran beneficio, ya que en la tierra todos conforman una gran unidad y entonces el mundo avanza hacia su reparación.
