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Un 9 de Av fue destruido el Primer Templo. Unos quinientos años después, nuevamente en esa fecha, fue destruido el Segundo Templo. Unos sesenta y cinco años después, nuevamente en un 9 de Av cayó la ciudad de Betar durante la rebelión de Bar Kojvá y la ciudad de Jerusalém fue arada hasta los cimientos por el enemigo (en señal de destrucción).
Muchos años antes de estos eventos, durante los días de la generación del desierto, en esa misma fecha tuvo lugar el pecado de los espías que fue el pecado de la traición a la tierra de Israel, en virtud del cual todos los adultos que participaron de él fueron condenados a morir en el desierto y solamente sus hijos pudieron ingresar a la tierra prometida. Esto y más, en esa ocasión el Santo Bendito Él dijo: 'Vosotros habéis llorado en este día en vano, yo os estableceré un llanto por generaciones, tal que si no reparáis el pecado de los espías en este mismo día será destruido el Templo'. Dado que no tuvimos el mérito de corregir el pecado de los espías poblando la tierra de Israel según las indicaciones de la Torá, los dos Templos fueron destruidos (ver arriba 15:22, sobre el pecado de los espías, y también arriba 17:14 sobre la continuación de éste y sus consecuencias en las últimas generaciones).
