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Es preceptivo realizar una comida especial (se'udat mitzvá) en honor al cumplimiento de este mandato. El rescate se realiza de la siguiente manera: las personas reunidas se lavan (abluyen) las manos y comienzan a comer del pan que se sirve, e inmediatamente después tanto el padre como el cohen se ponen de pie y entonces el primero entrega a su primogénito al segundo. El cohen pregunta al padre: "¿Qué prefieres? ¿Entregarme a tu hijo primogénito que abrió la matriz de su madre o rescatarlo a cambio de cinco "selas" tal como estás preceptuado a hacer según la Torá?" O sea, ¿qué prefieres, que tu hijo sea destinado únicamente a labores sacras o redimirlo para que pueda tener una vida normal? El padre responde: "Deseo rescatar a mi hijo. Te obsequio el importe del rescate tal como lo preceptúa la Torá", y recita dos bendiciones: 1) "Bendito eres Tú HaShem, nuestro Dios, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus preceptos y nos ha ordenado lo referente al rescate del hijo". 2) "Bendito eres Tú HaShem, nuestro Dios, Rey del universo, que nos ha dado vida, nos ha sostenido y nos ha permitido llegar a este momento". Tras el recitado de las bendiciones, el padre cumple el precepto de entregar el monto del rescate al cohen, este último bendice al primogénito con la bendición sacerdotal amén de otras y devuelve el bebé a su padre, toma con su mano derecha una copa de vino y recita: "Bendito eres Tú HaShem, nuestro Dios, Rey del universo, creador del fruto de la vid" y bebe para expresar así alegría por el cumplimiento del precepto.
Dado que de hecho los cohanim no ocupan en la actualidad su sagrado rol en el Santuario así como tampoco el de la enseñanza de la Torá al pueblo de Israel, muchos acostumbran a devolver el dinero del rescate al padre, pero no están obligados a hacerlo.
